Las Polis Griegas. Cómo eran, cómo vivían. La Ciudad Estado
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Fueron los pensadores de la Antigua Grecia, a través de las instituciones de la Ciudad-Estado, quienes comenzaron a definir la mayor parte de los ideales políticos que aún manejamos, como la libertad, el régimen constitucional o la justicia, por citar algunos…
La forma de organizarse del pueblo griego en su antiguedad muestra bastantes similitudes con el occidental más moderno
En una esencia “democrática” porque en la práctica, las diferencias son abismales. Ciudadanos libres, esclavos, formas de heredar la condición de ciudadano de forma hereditaria…
Ahora que tanto se habla de asambleas a raíz de los movimientos sociales surgidos en medio mundo repletos de “indignados”, repasamos en pleno siglo XXI cómo se organizaban aquellos griegos.
Las Clases Sociales en la Antigua Grecia
Los habitantes de la Antigua Grecia se dividían en tres clases sociales, con características jurídicas y políticas distintas.
Los esclavos
En la base se encontraban los esclavos. Eran la clase más baja, la esclavitud estaba instaurada como una Institución universal.
Si las ciudades-estado podían contar con una población de unas 300.000 personas (son cálculos aproximados), uno de cada tres habitantes era esclavo. Esa cifra nos da una idea de la magnitud que para la economía de las ciudades tenían esos esclavos. De vital importancia.
A pesar de ello, no parece acertado pensar que ciudadanos o extranjeros residentes también conocidos como metecos, las otras dos clases sociales vivieran en la opulencia, dejando que los esclavos realizaran el trabajo.
Por lo que se conoce, la economía griega no era una economía boyante, que se pudiera permitir lujos, sino más bien al contrario, con ciertas estrecheces. Principalmente porque vivían del comercio, la artesanía o la agricultura y ganadería.
Los ciudadanos
Los ciudadanos eran los habitantes de la ciudad a los que se les consideraba como miembros de aquella, con derecho a participar de la vida pública, de los asuntos políticos del conjunto de la polis. A esta condición de cuidadanos se llegaba solo por nacimiento.
Los extranjeros
Por último, los extranjeros residentes o metecos. Tanto más numerosos en tanto en cuanto más comercial fuera la polis, ya que la mayor parte eran comerciantes que se instalaban, iban o venían por las numerosas ciudades que poblaban la Antigua Grecia.
Instituciones de la Antigua Grecia
Los griegos desarrollaron una serie de Instituciones con las que intentaban resolver sus problemas. La Asamblea o Ecclesia, a la que pertencían los ciudadanos varones desde los veinte años. Se reunían diez veces al año, aunque también lo podía hacer de forma extraordinaria.
En la Asamblea se dictaba la ley, aunque no cabe pensar que se trataran los temas cotidianos y de organización de la ciudad.
Aquellos ciudadanos, cuyo mandato era breve, tenían el control de magistrados y funcionarios. Los magistrados, en realidad no parecían ostentar demasiado poder, que estaba en manos del Consejo de los Quinientos y los Tribunales formados por Jurados Populares, normalmente muy numerosos.
Estas dos son las Instituciones fundamentales.
Para dar forma a su cuerpo político, los atenienses por ejemplo se dividían en demos -algún autor lo ha comparado con barrios-.
Al demos pertenecía cada ciudadano, independientemente de que viajara o se estableciera en otra demos de la ciudad.
Las demos griegas y el Consejo de los Quinientos
Las demos contaban con cierta autonomía en su funciomiento interno, sobre todo en cuanto seguridad significaba. En base a esa división, se elegía a los cuerpos que mencionábamos anteriormente, unos por sorteo, otros hereditarios.
Del demos, donde se inscribía a los jóvenes a los dieciocho años, salían los que más tarde compondrían el Consejo de los Quinientos, y el resto de órganos de gobierno. El sentido de democracia, con las reticencias expuestas entre las clases sociales, ya se atisba. Sobre todo si tenemos en cuenta que las Instituciones siempre hablan en nombre del pueblo, legislando y juzgando.
Atenas es el modelo de constitución democrática que mejor ejemplifica esta parte de la Historia y de la organización política en su desarrollo hasta nuestros días.
Un grupo con mando que quedaba fuera del sorteo en su elección eran los Diez Generales. Escogidos mediante elección directa y reelegibles.
Influían en el Consejo y en la Asamblea, de algún modo parecen ser quienes con más margen y maniobrabilidad manejaban el destino del demos, tanto a nivel político como militar, siempre con el apoyo de la Asamblea, que era fundamental.
Pericles, el General
El ejemplo más conocido en este caso es el de Pericles, que en Atenas actuó año tras año como general, en una posición que se ha asimilado a la que conocemos de un primer ministro o un jefe de gobierno con las actuales atribuciones.
- Pertenecer al Consejo de los Quinientos significaba que se pertenecía a la aristocracia de la ciudad. Era el Consejo, finalmente, una especie de comité ejecutivo y directivo de la Asamblea, de ahí su poder.
En Esparta, ese espacio público se reservaba a los ciudadanos más ancianos, en la creencia de que la sabiduría la daba la experiencia.
Sea como fuere, ese número de ciudadanos, era bastante amplio si tenemos en cuenta la población total de las ciudades y la forma de llevar a la práctica los asuntos de la comunidad.
De ahí que normalmente fuera una especie de comité ejecutivo de ese Consejo quien dirigiera de forma efectiva la Asamblea.
A partir de aquí, se complica la forma en que se organizaban los atenieneses, como paradigma de esta forma de gobierno, pues de cada diez tribus en las que se dividían, cincuenta de sus miembros actuaban durante la décima parte del plazo anual del ejercicio.
Junto con un consejero de cada una de las restantes tribus a las que no correspondía pertenecer a aquel, tramitaban los asuntos en nombre del consejo. Cada día se elegía por sorteo un presidente, que solo lo sería una vez, un día, en la vida.
El Consejo trataba de proponer a la Asamblea las medidas necesarias para la mejor organización de la ciudad.
El Consejo era también el órgano ejecutivo del gobierno y contaba con la posibilidad de encarcelar a ciudadanos, incluso condenarlos a muerte.
Como además controlaban los impuestos, la hacienda y la propiedad pública, su posición de hegemonía era evidente.
Solo el veto de la Asamblea podía dejar sin efecto sus decisiones.
Era en la Asamblea donde los casos más importantes, las decisiones que a todos incumbían, se valoraban, para finalmente declarar la guerra, firmar la paz, firmar alianzas, o la legislación general.
Los Tribunales
Para terminar, hay que referirse a los Tribunales. Eran el centro del sistema democrático. Manejaban todas las vertientes del derecho: casos civiles, penales, también tenían aspectos de poder ejecutivo, incluso legislativo. Aunque no era ni remotamente cercano al concepto que Montesquieu elaboró después en la división de poderes.
Se elegían 6000 ciudadanos que serían parte de los Tribunales al año. También por sorteo, generalmente, y a los mayores de treinta de edad. Los litigantes se defendían personalmente. El funcionamiento era simple.
Se votaba la culpabilidad o no del asunto a tratar, de ser culpable se votaba la pena que debía llevar acompañado el quebrantamiento de la ley.
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