¿Cómo nacieron los dioses griegos?

Una de las grandes cuestiones que, con razón, nos sigue perturbando y a la que no se encuentra respuesta traza sus interrogantes alrededor de la pregunta: ¿qué había antes de que existiera el Mundo? Para responder a esta pregunta enigmática, los antiguos griegos inventaron relatos con los que buscaban dar una explicación posible.

De tal manera que los hombres somos el resultado de un sinfín de uniones entre dioses con dioses y dioses con humanos. Uniones que comienzan después del Caos y terminan con el matrimonio de Pirra y Deucalión, padre y madre respectivos de todos los hombres y mujeres de la Tierra.


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Para entender las leyendas griegas es necesario que podamos compararlas con las historias que inventaron otros pueblos. Y eso es posible. Civilizaciones que vivieron en otras épocas: en América, en China, en la India… forjaron a través de mitos, de historias inventadas, un pasado inexistente. La esencia de esas historias es compartida por todos, o al menos presenta muchos puntos en común, a pesar de la distancia y del tiempo que les separan.


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Por no decir que, además, el arte y la literatura de todos los tiempos ha encontrado inspiración en estos relatos.

Zeus

Zeus

Lo que diferencia a dioses y hombres es que los dioses son inmortales. Su existencia no está sometida a las fatigas de los hombres, que necesitan ingerir alimentos y notan el cansancio del trabajo. Los dioses también comen, pero comen el alimento que les hace eternos. Algo que los humanos no pueden hacer.

Lo diferente de la mitología griega, respecto de los cultos o las religiones que en el mundo han existido y existen es que sus historias no contienen ninguna enseñanza de tipo espiritual.

Tampoco los griegos crearon ningún código escrito o libro sagrado donde se incluyeran las historias breves que les acontecían a sus dioses, que en un principio corrieron de boca en boca.

De hecho, el primer árbol genealógico de los dioses griegos fue redactado en el siglo VIII antes de Cristo, siendo los primeros vestigios de la existencia de la civilización griega de una antigüedad de dos mil años antes de nuestra era.

El mundo fantástico de la mitología griega deja pequeño cualquier ejercicio imaginativo, por muy exagerada que sea nuestra imaginación, siempre se quedará corta ante las narraciones mitológicas de la antigua Grecia.

Zeus: el dios supremo

Sobre todos los dioses, en un lugar de privilegio se situaba el trono de Zeus. Tuvo un buen número de esposas, por supuesto investidas con las mismas cualidades que él: eran diosas. Su primera mujer fue Metis. Al parecer ella es la responsable de la posición de preponderancia sobre los otros dioses de Zeus, pues ella es la representación de la inteligencia.

Su poder era capaz de alzar y mantener en el trono al dios Zeus, que se ve favorecido en la guerra y en el amor. Como otros muchos matrimonios mitológicos, ésta unión no acabó bien, llegó un momento en que Zeusquiso poseer no solo como esposa a la prudencia y la sabiduría, sino que lo que quería era ser él mismo el juicio y el conocimiento, por lo que decidió engullirla para poseer así su esencia, su cuerpo. Zeus se sirvió de artimañas para engañar a su esposa.

Primero le retó a que se transformara en un león que escupiera fuego. Metis, demostrando que podía hacerlo sin esfuerzo, se transformó en ese animal. A continuación, con peores artes, Zeus le propuso a la diosa que se transformara en gota de agua, poniendo incluso en duda que pudiera hacerlo. Pero Metis, algo despechada por la falta de confianza de su marido, se transformó en gota de agua, instante que aprovechó Zeus para bebérsela.

La historia no termina aquí, pues Metis, cuando fue engullida por Zeus, estaba embarazada de Atenea. Al concluir el periodo de gestación, Atenea, nació del vientre de su madre, que, paradójicamente, se encontraba en el vientre de su padre.

El alumbramiento de Atenea tuvo lugar por la cabeza de Zeus. Ni que decir tiene que la cabeza de Zeus se desintegró, ocupando su lugar la cabeza recién nacida de Atenea, que, dentro del mito, ya luce un casco guerrero, su espada y su coraza. Ahora Zeus sí que es invencible. Posee la sabiduría y la fuerza, todo reunido en un solo cuerpo inmortal.

Algunos desmanes divinos de los Dioses Griegos

Mosaico representando a Dioses Griegos

La gran batalla tiene lugar entre los dioses Olímpicos y los Titanes. Luchan por establecer su orden, por aniquilar al contrario. La batalla solo podía tener unos vencedores, los dioses se impusieron y cuando parecía que la Paz iba a reinar sobre el Mundo, se torcieron las buenas voluntades. Gea, una de las esposas de Zeus, le ofreció como descendencia a Tifón, habiéndole sido infiel con Tártaro, que no era ni dios ni titán.

La batalla entre Zeus y Tifón podía haber acabado con el orden que Zeus pretendía para el Mundo, pero una vez más las fuerzas del bien se imponen sobre las del mal. A pesar de que Tifón es un monstruo capaz de agarrar con sus manos el este y el oeste y su frente choca contra el cielo, Zeus, que cuenta con la ayuda de otros dioses, y toda vez que había sido encerrado sin tendones en una caverna, resurge y aniquila a Tifón.


El Caos

Para los griegos, antes de que nada pudiera existir, reinaba el Vacío, que llamaron Caos. Y el Caos era la nada, un ser hueco que podía contener todo. Era una gran inmensidad donde nada había o habitaba. Después, del propio Caos, nació la primera criatura: Gaya, la Tierra.A la que le siguieron sus hermanos: Nix, la noche; Eros, el amor; Erebo, las tinieblas y Tártaro, el mundo subterráneo.

Los dioses eligieron el monte Olimpo, situado en una zona de Grecia llamada Tesalia, para establecer su residencia. Desde allí, dominaban el cielo o firmamento, el mar y la tierra. Doce fueron los grandes dioses que dominaban el Olimpo. Entre ellos, algunos han ganado la batalla de la memoria: Zeus, Atenea, Apolo, Afrodita y Narciso…

Dioses Griegos

Algunos desmanes divinos de los Dioses Griegos

Muchas son las historias despiadadas que se esconden detrás de la mitología. Historias donde todo es posible. Por ejemplo que Cronos, con un apetito voraz, llegara a comerse a sus hijos. Su apetencia era tan grande que, en cierta ocasión, en vez de comerse lo que creía ser un bebé, se comió una piedra. El engaño y la indigestión le hicieron perecer. O la historia de Apolo, que arrancó vivo a su hijo del vientre de su mujer Corónide, pues la mujer le había sido infiel con un inmortal.

Los Cíclopes y los Hecatonquiros

Para defenderse de posibles ataques que intentaran inflingirle los otros dioses, Zeus disponía de armas disuasorias. Los Cíclopes ayudaron a Zeus, en su batalla de dioses contra dioses. Le ofrecieron la ayuda fundamental para vencer: los rayos. Gea, la Tierra y su esposa en ese momento, fue quien se encargó de fabricarlos. Los Cíclopes, con el fuego de su único ojo, disponen para Zeus de un arma invencible. Los menos conocidos Hecatonquiros, también eran protectores del dios supremo.

Con su increíble envergadura, además poseían una fuerza devastadora. Con Cíclopes y Hecatonquiros como guardaespaldas, Zeus tenía amparada su posición dominante frente al resto de dioses, que siempre parecían dispuestos a la afrenta.

Sirenas

Sirenas

Las Sirenas en la Mitología Griega

Las Sirenas osaron retar a las Siete Musas. Ilusoriamente, creían tener mejor voz que aquellas. El concurso de canto lo ganaron las Musas. El castigopara las ahora Sirenas fue que sus alas fueran arrancadas.

Con vergüenza, convertidas en monstruos para todos, se escondieron en el golfo de Mesina. Sumergidas en el mar, con medio cuerpo de mujer y otro medio cubierto de escamas, intentaban seducir con sus cantos (de sirena) a los incautos marineros.

Muchos de ellos, según el relato mitológico griego, caían rendidamente enamorados ante esas hipnóticas y bellas melodías. Las embarcaciones que tenían el infortunio de toparse con ellas perdían el rumbo porque ningún marinero las gobernaba. La mayoría no aguantaba la atracción y saltaba por la borda en su busca.

Afrodita Diosa Griega

Afrodita es la diosa del amor y de la belleza. También era conocida como la “Nacida de la espuma”, por eso siempre se la representa saliendo del mar o de una concha rodeada del agua del mar. Al parecer, Afrodita, era tan bella como grotesco su marido, el cojo Hefesto, dios del fuego, al que se describe como feo.

Quizás por ese motivo, Afrodita, le era constantemente infiel. Hefesto solía perdonar las canas al aire que se regalaba la diosa del amor, pero es que Hefesto, el marido, tenía un extraño sentido de las cosas. No se le ocurrió otra cosa que al sorprender a Afrodita y a Ares en la cama, apresarles y avisar al resto de dioses para someterles a la burla, al escarnio público. Hefesto pasa a ser el burlador, burlado.

La leyenda de Narciso

Según el mito, Narciso era un bello joven del que todos caían enamorados. Debía ser tan bello que Narciso se enamoró de sí mismo. Todos los días acudía al lago para poder contemplar su rostro reflejado en él.

Un día, Narciso, embebido por la contemplación de su belleza, sin darse cuenta, cayó al lago y murió ahogado. En el lugar donde se hundió nació una flor que llevó el nombre de Narciso.

Oscar Wilde escribió la continuación de esta historia en un cuento. En la versión del dramaturgo irlandés, el lago, tras la muerte de Narciso, conversa con las diosas de los bosques, las Oréades, quienes han observado que al llorar, el lago, ha transformado sus aguas en aguas dulces. Las diosas creían que el lago lloraba la muerte de Narciso, pero no era así exactamente.

El lago no sabía que Narciso era bello. El lago lloraba porque Narciso no se volvería a inclinar a contemplar su belleza, por lo que el lago sería incapaz de volver a ver, en el fondo de los ojos de Narciso, su propia belleza reflejada.

Para saber más:

“El Universo, los dioses, los hombres”, Jean Pierre Vernant. Editorial Anagrama.
“La  Mitología Clásica”, Margot Arnand. Acento Editorial.


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José Carlos Bermejo
José Carlos Bermejo. Madrid, noviembre 1971. Escritor. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, ha colaborado en diferentes medios de comunicación, tradicionales y digitales y trabajado como técnico y responsable de comunicación para más de un ayuntamiento español. Es autor de las novelas WILDE ENCADENADO (prólogo Luis Antonio de Villena), y del thriller Li es un INFINITO de secretos. También de los libros de relatos Retazos de un mundo IMperfecto y Retazos de un mundo INcoherente, ambos traducidos al inglés, al portugués y al italiano. + info: www.josecarlosbermejo.com redaccion@actuallynotes.com

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Comments

  1. Visto con la perspectiva del tiempo, los dioses griegos parecen cuentos para niños, aunque conservan la magia de imaginacion.

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