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Modigliani nació en el año 1884 en Livorno, Italia, en el seno de una familia de judíos sefardíes que afirmaban ser descendientes del filósofo Spinoza. Conocido por su familia por el apodo de “Dedo”, Modigliani fue el cuarto hijo de una familia que luchó contra la pobreza después de un pasado más noble y rico. Su madre dirigió una escuela para niños pequeños y educó a Dedo en casa, donde aprendió a leer y escribir en italiano y francés a una edad temprana.
Tuvo problemas con enfermedades pulmonares desde muy pequeño. A los 15 años contrajo tuberculosis. En la interesante biografía escrita por Meryle Secrest, y titulada Modigliani: A Life se detalla buena parte de la vida del pintor y la enfermedad que acabó con él prematuramente a causa de una enfermedad, la tuberculosis, cuyo contagio se extendió por medio mundo: en la década de 1850, la mitad de la población de Gran Bretaña padeció la enfermedad.
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Aunque la tuberculosis ahora se trata con antibióticos, a finales del siglo XX la única cura era el descanso y la alimentación nutritiva, preferiblemente en una atmósfera de brisa marina o aire de montaña. Dedo, o Modigliani, viajó con su madre a la costa mediterránea durante unos seis meses para la cura, y la enfermedad remitió. Sin embargo, la tesis principal del libro de Secrest es que la tuberculosis volvió a perseguir a Modigliani más tarde y progresó desde sus pulmones a otras partes de su cuerpo, causando finalmente su muerte.
La vida en el París de la Bohemia
Modigliani se mudó de Italia a París en 1906, y entre los años 1908 y 1909 se estableció en Montparnasse, donde se convirtió en parte de la escena de artistas internacionales que allí acudieron.
El estilo de vida excéntrico y su muerte temprana, sin duda, han contribuido en gran medida al mito de la escena bohemia del arte parisino de aquellos ‘maravillosos años’.
Antes de eso, Modigliani estudió Arte en Florencia, Roma, Nápoles y Venecia. El viaje a París lo costeó con el apoyo de su madre y de una asignación cineraria de uno de sus tíos.
Modigliani granjeó amigos fácilmente y se mudó al barrio de los artistas en Montmarte a los pocos meses de llegar a la capital francesa.
Ya no es Dedo, ahora es conocido por sus amigos como “Modi”. Su estudio de trabajo fue descrito por un amigo como “una choza desmoronada en un desagradable y feo trozo de tierra, y aunque estaba amueblado de la manera más espartana (…) siempre se alegró de ir allí porque encontró un ambiente artístico en el que nunca se aburría”.
Modigliani vendió pocas obras durante sus primeros años en París y dependió del dinero que le enviaba su familia para sobrevivir.
Siempre estaba luchando por comer, tener un lugar para vivir y conseguir ‘algo que beber’. En la biografía, Secrest apunta que era guapo, encantador y atraía a las mujeres, que a veces les permitían vivir con ellas o le “prestaban” dinero.
Tenía una actitud abierta y un sentido natural del estilo que le daba un aire “aristocrático”, a pesar de su falta de dinero. Un benefactor de esos tiempos de ciertas penurias fue Paul Alexandre, un médico que se sentía fascinado por la vida artística y su ambiente, y que llegó a comprar un edificio donde invitó a artistas a vivir.
Modigliani y Picasso
Amedeo Modigliani y Picasso, ciertamente, se conocieron muy bien, habiéndose conocido cuando Modigliani llegó a París en 1906 y vivía en la comunidad artística de Le Bateau-Lavoir, donde Picasso también tenía un estudio y trabajaba en obras como Las Señoritas d’Avignon.
Picasso adquirió varias obras de Modigliani, entre ellas, Girl with Brown Hair, obra pintada en 1918, actualmente propiedad del Museo Picasso de París.
Ambos artistas compartieron su interés por el arte africano, que influyó en sus respectivos trabajos. Se dice que Picasso dijo una vez que Modigliani “era el único hombre que sabía vestirse”.
Pero parece que la amistad no duró demasiado. “Por lo que se sabe, después de un tiempo Picasso lo encontraba un poco tedioso. Además, la bebida y las drogas… No aprobaba del todo su estilo de vida”.
Se puede decir que Modigliani no era parte del círculo íntimo de Picasso. Picasso, que ofrecía la apariencia de un trabajador con su ropa remendada y sus suéteres de pescador, parecía haber admirado el vestuario de Modigliani más que sus pinturas.
La anécdota de Picasso y Modigliani
Se cuenta como anécdota que cierto día que Picasso no tenía lienzo sobre el que pintar y agarró uno de Modigliani que había comprado. Eso, sí. Modigliani, por su parte, reconocía el genio creador y pictórico de Picasso, pero alguna vez murmuró “que el talento artístico no era una excusa para no vestirse”.
Modigliani y Alice
Modigliani trabajó casi exclusivamente con la figura humana y es particularmente conocido, y reconocido, por sus notables retratos.
Cuando pintó este cuadro, su estilo característico de representación de figuras estaba completamente formado. Como han apuntado innumerables críticos, la niña, que está representada desde el frente, se nos presenta en un plano con un orden geométrico que crea una sensación de calma y armonía.
Las máscaras africanas y el arte medieval fueron importantes fuentes de inspiración para la pintura de Modigliani.
Sobre esa base, desarrolló un lenguaje compuesto por formas simplificadas y alargadas, acentuadas por el formato alto y estrecho, de igual manera que veíamos en el cuadro anterior de la ‘chica del pelo marrón’.
Modigliani escultor
Modigliani trabajó durante cerca de cuatro años como escultor, desde 1910 hasta la primavera de 1913. Una de sus ideas fue crear un Templo de la Belleza, que aparentemente incluye cariátides que sostienen el techo. Trabajó durante dos o tres años dibujando y dibujando estas figuras.
Modigliani logra el éxito, aunque llega algo tarde
Cuando el trabajo de Modigliani fue reconocido por un conocido crítico de arte, era 1919, cerca del final de su vida. Roger Fry, un artista y crítico de Londres, revisó las pinturas que Modigliani y las mostró en una exposición colectiva de otros artistas franceses en la Mansard Gallery de Londres. Modigliani presentó un total de 59 pinturas en la exposición, más que ningún otro. “De repente, todos los que eran alguien querían un Modigliani“, dice Secrest en su biografía.
En agosto de 1919, cuando estaba programado para estar presente en Londres, en la exposición, Modigliani había regresado a París sufriendo otro brote de influenza. Estaba demasiado enfermo para viajar y su salud era tan mala que su comerciante suspendió las ventas de sus pinturas en Londres con la expectativa de que los precios se duplicarían o triplicarían si muriera Modigliani.
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Modigliani es uno de esos pintores que te impactan. Y su vida, casi una leyenda, es apasionante. Saludos, les sigo desde hace tiempo y me encantan sus contenidos y la forma que tienen de contarlos.
hola:
Modigiani me gusta mucho, pero si lo miro a nivel profesional sus pinturas me aburren, porque son muy repetitivas, como sus retratos y la composicion de sus cuerpos adaptados a las caras.
tampoco voy a criticar a un artista que tenia 37 años y que le quedaba un largo trecho de no haber muerto.
picasso hera mas creativo en el sentido de buscar otras ideas.
Si queria conocerse por su estilo, yo le daria un 10 pero no creo que fuese esa la idea.
siempre la misma nariz, los mismos labios los mismos ojos ect.
pero bueno, cada uno es libre de pintar como quiera o como puede.