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Modi y Jeanne Hebuterne, el amor infinito
La historia de amor de Amadeo Modigliani, Modi para sus amigos y la joven pintora Jeanne Hebuterne es por demás trágica, desgarradora y simboliza el amor infinito, ese amor que sobrepasa las fronteras de la vida …y la muerte.
Esta historia nace en Paris y sus protagonistas eran en realidad muy dispares.
Jeanne Hébuterne, era una joven pintora francesa que se había formado en Académie Colarossi y en la École des Arts Décoratifs.
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Jeanne era una joven un tanto bohemia y exótica, solía vestir prendas exclusivas con fuertes influencias orientales, lo que la hacía llamativa para los hombres.
Por su parte, Amadeo Modigliani, un hombre brillante y atractivo, tenía 22 años al llegar a París y procedía de una familia humilde.
Lo que más deseaba era convertirse en escultor, no obstante, debido a su pobreza no tenía posibilidades para comprar piedra para tallar, por lo que terminó por decidirse por la pintura.
El desenfreno y colapso del amor.
En ese ambiente de Montparnasse se conocieron Modi y Jeanne, aunque fue ella quien propició el encuentro y conociendo aún el temperamento salvaje de Amadeo, nada pareció importarle.
El resultado fue una relación llena de altos y bajos. Jeanne quedó rápidamente embarazada, sin embargo Modigliani no prestó mucha atención a ello y jamás registró a la niña con su apellido.
Al poco tiempo Jeanne quedaría embarazada nuevamente, aunque no llegaría a dar a luz.
La relación entre ambos fue tormentosa, no obstante, el amor que había entre los dos siempre prevalecía y los ayudó a superar momentos de pobreza extrema.
No mucho tiempo después, la tuberculosis que habitaba en Modi desde los 16 años empeoró su condición física.
Pasó días de altas fiebres y delirios, razón por la cual Jeanne pidió ayuda a un amigo del pintor para que le consiguiera un médico.
La enfermedad de Modigliani
El diagnóstico fue terminante: Modi tenía nefritis, una infección en los riñones que el pintor había superado previamente. Se le recetaron unas medicinas y reposo absoluto.
No obstante, lo único que tomaba Modi era alcohol y abandonó el reposo para finalizar su último cuadro.
Días después la salud de Modigliani empeoraba considerablemente y a pesar de los intentos de Jeanne por buscar al médico, él se lo impidió.
Jeanne se encontraba en su octavo mes de embarazo y Modi abrazaba la muerte. El principio y el fin cohabitaban en la misma habitación en el más absoluto de los silencios.
La última semana de vida de Modigliani
Así pasaron la última semana de vida de Modigliani, los amantes; abrazados en soledad sobre sábanas que apestaban a vino y sardinas, en la pobreza más absoluta, sin visitas, amigos ni familiares.
Mientras Modi agonizaba, Jeanne trazaba sus posibles finales. Fue el pintor chileno, amigo y vecino de Modigliani Ortiz de Zárate quien, preocupado por la ausencia de ruidos se acercó a ver como se encontraba la pareja y los encontró en un estado lamentable, por lo que se apresuró a llamar a una ambulancia.
Cuando los paramédicos lo sacaban de la habitación Amadeo Modigliani susurró al oído de Ortiz de Zárate lo que serían sus últimas palabras:
“He dado el beso de despedida a mi mujer. Tenemos asegurada la felicidad eterna.”
Un 24 de enero de 1920 uno de los pintores más maravillosos que hemos tenido nos abandonó para siempre dejando un legado artístico invaluable e irónicamente, luego de haber muerto pobre, enfermo y con la única compañía de su mujer, sus pinturas se cotizan hoy en millones de dólares.
Amadeo Modigliani tenía apenas 35 años y dejó sola a su mujer, Jeanne, madre de una niña de un año y embarazada de ocho meses.
Jeanne tenía 21 años, se sentía desbordada por la situación, Modi lo era todo en su vida y no estaba dispuesta a continuar sin él. Por ello, al día siguiente, encontrándose en la casa de sus padres, se arrojo por la ventana desde el quinto piso poniendo fin a su martirio y yendo en busca de Modi.
Trágicamente el cuerpo de Jeanne Hébuterne permaneció horas en la acera antes de ser enterrado, incluso dos amigos de Modigliani custodiaron el cadáver durante la noche para evitar que lo comieran las ratas.
Amadeo Modigliani fue enterrado en el Cementerio Pere Lachaise y a su funeral asistió el grupo de artistas franceses más reconocido del momento.
El sepelio de Jeanne fue mucho más discreto, su familia la enterró en el Cementerio de Bagneux y 10 años después la familia Hebuterne accedió a que los restos de Jéanne Hébuterne fueran trasladados junto con los de su amante infinito: Amadeo Modigliani.
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