Explicamos las causas por las que la duquesa de Alba pudo convertirse en la reina de Escocia

*Este artículo se escribió antes del fallecimiento de la duquesa.

 

En las últimos semanas, se ha difundido en varios medios de comunicación, tanto españoles como británicos, la noticia de que existía la posibilidad de que la duquesa de Alba pudiera convertirse en la reina de una Escocia independiente, si en los comicios que se producirán próximamente.


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Sin embargo, además de una importante dosis de bromas y burlas al respecto, muy pocos medios de comunicación se han ocupado de explicar claramente por qué esta conocidísima aristócrata española podría tener algún derecho, por lejano que este fuera, a la corona escocesa.

Explicamos las causas por las que la duquesa de Alba podría convertirse en la reina de Escocia

Explicamos las causas por las que la duquesa de Alba pudo convertirse en la reina de Escocia

Tanto el padre de la novia como el hermano del novio pusieron el grito en el cielo; aunque Anne fuera hija de un alto funcionario de la corte, seguía estando muy por debajo de la posición que ocupaba el real galán. Pese a la oposición, Jacobo se fugó con Anne y se casaron en secreto, presentando los hechos consumados a toda la corte con posterioridad, dejando a Carlos II sin más opción que castigar a su hermano o darle su bendición. Eligió este último camino y Anne Hyde fue la esposa de Jacobo hasta su muerte.

Sin embargo, aunque el matrimonio estaba muy unido, Jacobo siguió teniendo varias amantes a lo largo de los años, entre las que se encontraba Arabella Churchill, una noble hermana de sir Winston Churchill, antecesor del famoso primer ministro inglés con el que compartiría nombre. Con ella estuvo diez años y tuvo cuatro hijos, que recibieron el apellido “Fitz James Stuart”, que quiere decir, “hijo de Jacobo Estuardo” y que él reconoció.

El hijo mayor que nació de este matrimonio fue James Fitz James Stuart, al que se le concedió el título de primer duque de Berwick. De él desciende la actual duquesa de Alba.

Carlos II sin descendencia en el reino

Carlos II no engendró hijos legítimos de su matrimonio con Catalina de Braganza, aunque, tan aficionado a las mujeres como su hermano, sí que llegó a reconocer hasta ocho hijos ilegítimos, a los que proporcionó diversos títulos nobiliarios. A la muerte de Carlos II, su díscolo hermano Jacobo, ya convertido al catolicismo, ascendió al trono. De su matrimonio con Anne Hyde había tenido dos hijas, María y Ana, que habían sido criadas por su tío en la religión anglicana y casadas por él con príncipes protestantes, pero no había tenido ningún hijo varón. Buscando tener sucesión masculina, Jacobo se casó con una princesa católica, María de Módena, con la que tuvo un hijo varón, Jacobo.

Pero la gran oposición a la que tenía que hacer frente desde sus tiempos como príncipe díscolo no hizo sino aumentar cuando, desde su posición de rey católico, intentó imponer una importante cantidad de cambios que muchos vieron como un atentado a la fe anglicana.


El nacimiento de un varón, que sería criado en el catolicismo, hizo que su oposición temiera que hubiera llegado al poder una dinastía católica que acabara con las formas e ideas de gobierno y religión que habían predominado desde el advenimiento de la iglesia anglicana, por lo que decidieron actuar y, tras una rápida revuelta, Jacobo II fue expulsado del trono y se llamó a su primera hija, Ana, casada con Guillermo de Hannover, para que fuera reina de Inglaterra.

Jacobo II, su hijo y sus descendientes siguieron defendiendo su posición como reyes legítimos de Inglaterra hasta la extinción de su línea. Ana, la hija de Jacobo II que le sustituyó en el trono, murió sin hijos y su sucesora, su hermana María, también lo hizo después de que ninguno de sus dieciocho embarazos le proporcionara un hijo que llegara a la edad adulta. Tras su muerte, el parlamento eligió al siguiente monarca, Jorge I, de la casa de Hannover, que tenía vínculos bastante lejanos con la casa real británica que había gobernado hasta entonces, pero que estaba compuesta por príncipes protestantes. Otros príncipes con mejor derecho que esta familia habían sido desechados por el Parlamento por cuestiones religiosas y, por lo tanto, también políticas.

Los derechos de la duquesa de Alba al trono de Escocia descienden de estos acontecimientos

Quienes los defienden indican que los descendientes de la dinastía Estuardo, los verdaderos reyes tradicionales de Escocia, deberían ser los que ocuparan el trono de este lugar si se convirtiera en un país independiente. El problema reside en buscar al descendiente idóneo para hacer de él el candidato perfecto a ocupar este trono. Las hijas legítimas de Jacobo II, Ana y María, murieron, como ya hemos dicho, sin descendencia, y la línea de su hijo Jacobo también se extinguió.

Carlos II tampoco tuvo hijos legítimos, por lo que aquellos que buscan sucesores legítimos de esta dinastía tienen que remontarse más lejos aún en el árbol genealógico para encontrar descendientes adecuados de esta casa real, por lo que muchos se han vuelto hacia los descendientes ilegítimos de estos monarcas, siendo Cayetana de Alba la descendiente directa por línea primogénita del mayor de los hijos ilegítimos de Jacobo II.

Sin embargo, esta posibilidad no deja de ser increíblemente remota. No solo se duda de que, en el caso de su independencia Escocia eligiera continuar siendo una Monarquía, pudiendo decidir convertirse en una República, sino que es posible que la reina Isabel II continúe siendo su monarca.

Asimismo, en el caso de que busquen un nuevo rey, lo más probable es que buscaran a un noble de sus propias fronteras y vinculado a sus costumbres, aunque sus derechos al trono fueran discutibles, como se ha dicho en distintos territorios de Europa en diferentes momentos históricos.

Por último, también podrían buscar un rey vinculado a la rama legítima, ejemplificada por los descendientes de la princesa Enriqueta María, hija de Carlos I, hermana de Charles II y Jacobo II, y casada con el famoso hermano de Luis XIV Felipe de Orleáns, cuyos descendientes sobreviven hasta la actualidad.

Por lo tanto, es enormemente dudoso que la duquesa de Alba tenga en un futuro próximo alguna posibilidad real de convertirse en reina de Escocia.

Ella misma, al ser preguntada por esta cuestión, ha indicado que no son más que elucubraciones sin fundamento.

En cualquier caso, el tiempo dirá qué es lo que sucede en Escocia, si se convierte en un país independiente… y si alguien se convierte en su monarca.

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Rocio Martinez
Madrid, 1988. Licenciada por la Universidad Complutense de Madrid y graduada en el máster de estudios avanzandos de Historia Moderna "Monarquia de España Siglos XVI-XVIII, de la Universidad Autónoma de Madrid. Ha trabajado como asesora de cine y autora de diversos estudios sobre la historia de los siglos XVI y XVII.

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