¿Alguna vez te has fijado en el comportamiento de las hormigas? Piensa. Sí, las ves en verano transitando en hilera, cumpliendo una función.
Es tiempo de aprovisionarse de reservas para el invierno. ¿Quién se lo manda? ¿Su naturaleza? ¿Una voz suprema? ¿La hormiga reina? Upsss.
Por fin, encontramos un entorno que no es machirulo. De hecho, las hormigas son negras (lapsus, también las hay rojas :P) Toda una alerta al heteropatriarcado blanco heterosexual.
No creo que las hormigas distingan entre feminismos, misandrias y machismos varios. No, no creo. Supongo que las hormigas funcionan por interés, inercia y supuesta experiencia bondadosa. Miles de milenios se recuestan en sus frágiles hombros y en sus robustas mandíbulas. He buscado en Internet y he leído que las hormigas del género Atta pueden transportar hojas cincuenta veces más pesadas que ellas. En este punto creo que voy encontrando una conexión en común.
Eso mismo nos pasa a los españolitos. Que somos capaces de levantarnos, arrastrarnos, y asir lo inamovible. Una y otra vez.
Si lo piensas bien, ¡cómo molaría ser una hormiga! Más que españolito.
¿Duermen las hormigas? Imaginemos que sí. Pues bien, cuando despierten, en la mañana que sea, se levantarán y comenzarán a hacer lo que les digan. ¿Quién? El gobierno, la reina, la naturaleza: “Échate al monte y búscate la vida, recoge alimento para el crudo invierno y para el bien común. No pienses. Da igual. Sigue adelante. Que te han subido el recibo de la luz, que van a indultar a la hormiga cabrona que hace revuelo del hormiguero. Da igual, sigue caminando. Créeme y no pienses, ya lo hacemos por ti. Y sigue buscando alimento, que es por el bien común“.
Todo esto me recuerda a ese momento infantil, cuando levantaba la tapa del yogurt y leía con triste sopor: “sigue buscando“. Eso ya me enseñó un axioma: No te hagas preguntas, créete todo. Es fácil. Aunque te pueda tocar, no te tocará porque no eres uno de los elegidos. La esperanza y el porvenir son esquivos… Para ti.
Si eres una hormiga valiente o cobarde, si eres una hormiga sumisa o contestataria, al cabo, te va a dar lo mismo. Siempre va a haber una hormiga reina que estará sobre ti. No te lamentes por ello, paga tus impuestos y créete lo que te digan, confía en la oligarquía. Total, si tú solo eres una hormiga, una hormiga que se hace innecesaria cuando hay muchas, quizá demasiadas que no saben hacerse las preguntas adecuadas.
¿Qué te ha parecido?
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