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El origen de los celtas: no son de Irlanda o Escocia
A pesar de que, como muchos creíamos, el término “celta” es sinónimo de personas de origen escocés o irlandés, los celtas, en realidad, se originaron en el oeste de Europa central como parte de la Cultura Urnfield, la Cultura de Urnas, que comenzó alrededor del año 1300 antes de Cristo.
En realidad, los celtas no formaron parte del registro histórico hasta el siglo V antes de Cristo, aunque existen vestigios descritos por los griegos en el siglo anterior. No obstante, en el momento en que se mencionan en textos históricos, los celtas ya se habían extendido por España, Francia y algunos países de la región “alpina” de Europa, como Austria o Suiza.
En el año 1846, fue halladó en Hallstatt, Austria, un enorme cementerio prehistórico, donde se contabilizaron más de mil enterramientos. Se cree que el asentamiento data de los años 1200 al 500 antes de Cristo y contiene reminiscencias de la mencionada Cultura Urnfield, de la cual se originaron los celtas, como ya hemos apuntado.
Sin embargo, una nueva investigación del profesor de arqueología de la Universidad de Sheffield, John Collis, sugiere que los celtas nunca vivieron en Gran Bretaña. Según sus estudios, los antiguos isleños nunca se llamaron a sí mismos ‘celtas’ y, en cambio, era una denominación reservada para aquellos que vivían en otras partes de la Europa occidental. Collis también afirma que los celtas tuvieron asentamientos en Turquía.
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¿Cuáles son las regiones celtas en Europa?
Existen hasta ocho regiones celtas distintas a lo largo y ancho de Europa. Son las siguientes:
– Asturias: entre las Comunidad Autónoma de Galicia y Cantabria, en el norte de España.
– Galicia: en la costa noroeste de España.
– Breizh: en Bretaña, en la costa noroeste de Francia.
– Kernow: en el condado de Cornwall, en la costa oeste de Inglaterra.
– Eire: en Irlanda.
– Mannin: en la Isla de Man.
– Alba: en Escocia, y
– Cymru: en Gales
El estudio de la cultura celta es complicado, pues no dejaron testimonios escritos
Hay pocas evidencias sobre algún sistema de escritura celta; Es cierto que se han encontrado algunos fragmentos de texto, pero no hay ninguna documentación real y consistente sobre ello. En De Bello Gallico, los comentarios sobre la guerra de las Galias obra de Julio César, se puede leer que los druidas no querían confiar en su aprendizaje a la escritura, a pesar de que utilizaban la escritura griega para sus otros escritos.
En cambio, los celtas mantuvieron una tradición oral de aprendizaje que fue mantenida por druidas y eruditos durante cientos de años. En el mundo celta, el aprendizaje de las cosas de memoria se consideraba una gran virtud.
Eso sí, los arqueólogos han encontrado restos de inscripciones en idiomas como el griego y el latín en los asentamientos celtas, de hecho, la mayoría de los relatos escritos de los celtas procedían de fuentes griegas y romanas que, naturalmente, tenían un sesgo ya que percibían a los celtas como el enemigo.
Por eso tenemos tantos documentos que afirman que los celtas fueron una cultura salvaje.
Los celtas crearon una red de carreteras… ¡antes que los romanos!
Los primeros celtas crearon su epicentro comercial cerca del río Danubio en el año 625 antes de Cristo.
Se convirtió en la red comercial más importante en el mundo celta durante cerca de 150 años.
450 años antes de Cristo, los celtas expandieron su red comercial por toda Europa comercializando, principalmente, artículos de lujo.
Mostraron, en este tipo, una gran habilidad en la construcción de caminos que facilitara el comercio a larga distancia, sin embargo, se cree que las ciudades celtas en Irlanda, Francia y Gran Bretaña estaban posicionadas deliberadamente para reflejar los caminos de su Dios Sol en lo que ahora se ha llamado el “mapa más preciso del mundo antiguo”.
Entra dentro de lo probable que el Imperio Romano basara la construcción de sus caminos en lo que hicieron los celtas pero que, al carecer de un lenguaje escrito que describiera sus logros, no ha quedado reflejado para la Historia en modo alguno.
El calendario celta
Mientras que los romanos crearon el calendario juliano, los celtas contaban con el calendario Coligny; se le dio el nombre porque se encontró en Coligny, Francia, en 1897.
El calendario Coligny se compone de una variedad de piezas de metal cubiertas con marcas que incluyen números, líneas y agujeros. Se tardó un siglo en descubrir los secretos de este calendario celta. Como ya sabemos, apenas hay vestigios escritos de lo que hacían en su vida cotidiana.
En el año 1989, se determinó que el hallazgo era un calendario lunar-solar que calculaba la época del año basándose en los ciclos de la luna y el sol. El calendario podría predecir la posición del sol con meses de anticipación por lo que es un reloj notablemente preciso. De hecho, es incluso más preciso que su contraparte romana, que está “equivocada” en 11.5 minutos cada año.
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