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La anécdota que lo cambió todo
En 1959, a los 42 años, un médico le diagnosticó por error a John Anthony Burgess un tumor cerebral irreversible, dándole apenas un año de vida. Lejos de rendirse, Burgess decidió dedicar el tiempo que le quedaba a escribir frenéticamente con un único objetivo: dejar suficientes obras publicadas para que su mujer no cayera en la indigencia tras su muerte.
Afortunadamente, el diagnóstico fue erróneo, pero ese impulso creativo dio lugar a una vasta obra, cuya joya más polémica y brillante sería «La Naranja Mecánica».
🎬 La Obra Completa: Libro y Película 🎬
Sumérgete en el universo de Alex DeLarge con esta edición especial que incluye la novela de Burgess y la icónica película de Kubrick.
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Para entender la excepcionalidad de «La Naranja Mecánica» y las diferencias clave entre la novela y su adaptación cinematográfica, este análisis en vídeo es fundamental:
Curiosidades y claves de la novela
El núcleo de «La Naranja Mecánica» es el libre albedrío. Burgess plantea que en una sociedad perfectamente organizada, la única forma de ejercer una libertad total es a través de la violencia, la misma que ejerce el protagonista, Alex, y su banda de drugos.
- El polémico capítulo 21: La edición norteamericana de la novela, en la que se basó Kubrick, omitió el último capítulo. En él, Burgess mostraba a un Alex más maduro que renunciaba a la violencia por voluntad propia, ofreciendo un final más esperanzador que el de la película.
- El lenguaje «Nadsat»: Burgess inventó un argot para los jóvenes de la novela, mezclando ruso, inglés y jerga cockney. Esta jerga hace que el lector se sienta, al principio, como un extraño, para luego volverse cómplice de la violencia.
- La libertad de elegir: El mensaje final del autor es claro. Para Burgess, un ser humano al que se le priva de la capacidad de elegir entre el bien y el mal, incluso si elige el mal, deja de ser humano para convertirse en una «naranja mecánica»: orgánico por fuera, pero controlado por un mecanismo por dentro.
Como el propio Burgess escribió en el prólogo: «Coman esta porción dulce o escúpanla. Son libres».
La verdad es que Buguess era un escritor peculiar, su libro me pareció un poco extraño pero me gustó, eso si, es bastante duro.