En Actually Notes os contamos quién fue Robespierre. También os hemos hablado de las revoluciones del siglo XVIII o de Napoleón. Hoy os traemos unas curiosidades realmente curiosas, valga la fácil redundancia, pero es que lo son 😀

No estamos aquí, y ahora, para valorar, ni siquiera desde el punto de vista político, las consecuencias de la Revolución Francesa; de si era necesaria y mejoró el devenir de los acontecimientos que, sí, influyó y mucho hasta nuestros días. No estamos aquí, y ahora, para sesudos análisis, ni siquiera éticos o morales, sobre la conveniencia o no de que miles de personas perecieran bajo la afilada guillotina por sus actos. Eso sí, juzgados con la ligereza de la Historia. Y es que, aquí sí, ahora, hay que decir que el paso del tiempo hace que el peso de esa imagen, la guillotina cayendo hasta rebanar el cuello de alguien, ya sea Maria Antonieta o el Rey Luis XVI, parece que pierde la fuerza o la intensidad de lo real. Ya lo decía y valoraba Nietzsche con eso del eterno retorno…

En cualquier caso, vamos a detener la vista en sucesos que se dan por ciertos (pensemos que hablamos del siglo XVIII) alrededor de esos fulgurantes  momentos revolucionarios, cómo el destino parece ser inamovible o cómo lo que tiene que suceder, parece tener la obstinación de un oscuro impulso para que termine sucediendo. Y, si no… que se lo pregunten a Luis XVI o a María Antonieta.

Cómo atraparon en la frontera a Luis XVI, María Antonieta y familia

Llegó un momento, en esa catarsis revolucionaria empujada por el pueblo, que Luis XVI, María Antonieta y la real familia sintieron (y presintieron con temor y horror) lo que estaba por llegar. Así es que, hicieron las maletas con la intención de escapar de Francia.

Si bien, la huida se frustró. Los detuvieron en la frontera.

Pero aquí, nos encontramos con un detalle importante: ¿cómo les reconocieron?

¿sería por viajar como acostumbraba a viajar el Rey? ¿Sería por no saber disimular su condición?


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Estamos en el siglo XVIII y no hay televisión, ni Internet… En fin, que las imágenes de las personalidades  públicas no eran conocidas salvo por los lienzos que sobre ellos se pintaba. Y eso no era una imagen común y conocida para el vulgo, por supuesto.

Sin embargo, había algo que todos, algunos más y otros menos, tenían muy presente en el devenir de sus cotidianos días: el retrato del Rey, mejor dicho la efigie del Rey que silueteaba en 3D las caras de las monedas. Como esta:


moneda de Luis XVI

moneda con la efigie de Luis XVI

El grabador debió ser hábil porque parece que supo reflejar con atino la imagen de Luis XVI. Miren más abajo el retrato del Rey es de un parecido interesante.

La cosa es que fue reconocido en la frontera y devuelto, junto a su familia bajo escolta para que no volvieran a huir, a Versalles; y no para que volvieran a disfrutar de sus vidas relajadas, precisamente.


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Se dice que hubo un momento en que Luis XVI podría haber escapado de la guillotina. Sí, porque la Asamblea fue quien decidió su destino.

En el momento en que “democráticamente” se votaba si el Rey debía ser guillotinado, trescientos sesenta y uno de los parlamentarios votaron a favor de la ejecución, mientras que doscientos ochenta y ocho votaron en contra. 

Luis XVI 
Aquí es donde encontramos que un primo de Luis XVI votó a favor de la ejecución.

Como sabemos, el rey fue ejecutado en la Place de la Concorde, que en eso días se llamaba Place de la Revolution.

El primo en cuestión era Louis Philippe d ‘Orléans, pero era más conocido como Philippe Egalité.

Pero como la Historia tiene karma, terminó siendo decapitado también.

Sin embargo, después de la revolución de 1830, el hijo de Philippe Egalité fue coronado rey, como un signo de renovación de la monarquía.

Las últimas palabras de Maria Antonieta

Al parecer, Maria Antonieta pisó al verdugo al subir al patíbulo: “Lo siento“, le dijo… Después apostilló: ¡Qué triste! No sabemos si por haberle pisado o por lo que los siguientes minutos le deparaban…

Supuestamente, se dice que Maria Antonieta le entregó a su verdugo un bolso lleno de monedas de oro para asegurarse de que la hoja estuviera afilada y que su muerte iba a ser limpia y rápida. Como el rey, fue ejecutada en la plaza de la Concordia.

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M Lilian Montesinos
Estudiante de periodismo. Publicando en medios digitales desde 2015. Me apasiona la escritura y me tomo muy en serio mi trabajo: consulto fuentes, busco la imparcialidad y la objetividad como buen profesional. lilian@actuallynotes.com

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