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Breve Historia del Viaje en el Tiempo


El hombre lo ha soñado en la Ciencia Ficción, en el cine, en la literatura; viajar por el tiempo es una quimera si se quiere por ser algo que propone la imaginación como posible, no siéndolo.

Sin embargo, los científicos se obcecan en buscar una respuesta posible a ese viaje que nos llevaría por el tiempo, yendo y regresando, más allá de lo imaginable.

Las investigaciones producidas en el CERN con neutritos, dieron un vuelco a la situación.

Por primera vez, un elemento de la naturaleza ganaba en velocidad a la luz.

Mientras en el CERN europeo, los científicos estadounidenses y japonenes siguen estudiando si ha habido o no fallos en dichos experimentos, recorremos en este artículo cómo comenzó todo y cómo se ha visto desde la Ciencia Ficción.

El Viaje en el Tiempo en la Ciencia

El Viaje en el Tiempo se basaba hasta finales de 2011, en lo científico, en la Teoría General de la Relatividad que Albert Einstein publicó en 1915.

De modo sucinto y reducido, la Teoría General de la Relatividad plantea que para los objetos que se mueven a altas velocidades, el tiempo se hace más lento, permitiendo un viaje unidireccional hacia adelante.


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Además, la Teoría de Einstein afirma que espacio y tiempo cambian de forma en la proximidad de un objeto acelerado o rotatorio.

Posteriormente, la Ciencia afirmaba sobre el papel que un cilindro denso de longitud infinita que girase a una velocidad cercana a la de la luz, 300.000 kilómetros por segundo, podría ser usado para combar el espacio-tiempo.

Llevado a la práctica esto supondría que una nave espacial que volara en forma espiral alrededor de ese supuesto gran cilindropodría viajar en el tiempo.

Pero todo esto, en realidad, no eran más que teorías y especulaciones.

En la práctica, en el año 1975 la física de nacionalidad norteamericana Carrol Alley se propuso hacer algunas demostraciones, sobre todo en lo referente a las Teorías de la dilatación del Tiempo de Einstein.

Así, sincronizó dos relojes atómicos, uno iría en un avión en vuelo, otro permanecería en tierra. Realizada la prueba, el reloj que “voló”, mostraba unos milisegundos de retraso respecto del que permaneció en tierra.

La velocidad del avión había provocado esa diferencia.

Viajar en el tiempo: luz superenfriada y agujeros de gusano

En el año 2001, Ronald Mallet, profesor de la Universidad de Connecticut, basándose en la Teoría de Einstein, sugería la posibilidad de que fuera posible realizar viajes en el tiempo utilizando luz superenfriada.


Lo que propone Mallet es la posibilidad de que el campo gravitacional producido por un rayo láser podría ser manipulado para lograr viajar en el tiempo.

Alrededor de 1935, Einstein y su colaborador Nathan Rosen especularon con la posibilidad de la existencia de construcciones matemáticas que llamaron “puentes” para viajar por el tiempo.

En 1950 John Archibald Wheeler lo llamó “agujeros de gusano“.

Actualmente se ha determinado que son matemáticamente posibles, sin embargo, quedan lejos de nuestra tecnología actual.

El llamado “agujero de gusano de Lorentz” abriría una especie de portal desde cualquier punto del Universo hasta otro. Einstein llegó a formular que los “puentes” serían extremadamente pequeños. 

Según sus cálculos unas 1025 veces más pequeños que un átomo. Por ello, de encontrarse alguna vez, alguno de ellos, sería necesario expandirlo para comprobar si es o no cierto la posibilidad de viajar a través de él por el tiempo. 

Los Viajes en el tiempo en la literatura

En la literatura, siempre se ha señalado como el primer “viaje en el tiempo” la novela de H. G. Wells “La Máquina del Tiempo”, escrita en el año 1895, luego convertida en película y revisitada en innumerables ocasiones.

Sin embargo, tal y como se apuntaba en el programa de televisión Cuarto Milenio, fue el español Enrique Gaspar y Rimbau, en el año 1887, quién escribiera la primera novela cuyo trasfondo es el viaje en el tiempo bajo el título “El anacronópete”.

El viaje en el tiempo en la Ciencia Ficción y el Cine

En cuanto a la Ciencia Ficción, tanto literaria como cinematográfica, los ejemplos son casi infinitos. En la literatura, desde “El Caballo de Troya“, de J. J. Benitez, en el que se viaja a los Tiempos de Jesús. pasando por Mark Twain en “Un Americano en la Corte del Rey Arturo” o El Libro del Día del Juicio Final, de Connie Willis.

En el cinelas sagas “Regreso al Futuro“, “Terminator”, donde se viaja al pasado para rectificar el presente. “12 Monos“, donde se viaja al pasado para detener la infección de un virus que casi destruye a la humanidad, “Contact“, basada en la novela de Carl Sagan en la que se utiliza un “Agujero de Gusano” para alcanzar el centro de la Galaxia.

Y así podríamos no acabar este artículo citando las miles de historias que el ingenio humano, intentando adelantarse a la realidad, pergeña en la búsqueda del viaje más apasionante jamás soñado.

Ese viaje del que Stephen Hawking opina ser imposible, ya que según él, las propias leyes de la físicas “conspiran a escala microscópica para impedir los viajes en el tiempo“.

 

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