La ilustración con la que abrimos este artículo se corresponde con una imagen que aparece en Chambers Book of Days y se muestra a una cerda y sus lechones siendo juzgados por el ‘supuesto’ asesinato de un niño. El juicio se celebró en el año 1457. ¿Y quieren saber cuál fue el resultado?: la madre, la cerda, fue declarada culpable y sus lechones fueron absueltos.

Aunque nos parezca increíble esto ocurría en tiempos de la Edad Media. Un oscuro momento de la Historia que aún no deja de sorprendernos. Sí, un tiempo en el que los animales podían ser juzgados frente a un Tribunal.

Estos juicios tuvieron lugar en Europa desde el siglo XIII hasta el siglo XVIII, cuando los animales se consideraban capacitados desde el punto de vista moral y, por lo tanto, podían ser considerados culpables de un acto.

En tiempos de la Edad Media los animales podían ser juzgados frente a un Tribunal por los más variados delitos

Se conocen, al menos, la celebración de 85 juicios contra animales en esta parte de la Historia, así se narra en el libro de E.P. Evans “El enjuiciamiento penal y la pena capital de animales“, publicado en  el año 1906.

El primer caso del que se tenga constatación la sufrió un cerdo en 1266, en un juicio celebrado en Francia, concretamente en Fontenay-aux-Roses. Los animales acusados comparecían tanto ante  tribunales seculares como eclesiásticos.

¿De qué delitos se acusaba a los animales?

Ejemplos datados y contrastados hay bastantes, como apuntábamos antes. Los delitos de los que se acusaba a animales de toda raza: desde gallos, insectos, plagas de roedores y gorgojos, burros, hombres lobo, toros, caballos o vacas… Ahora veremos algunos ejemplos. Los delitos denunciados se centraban en una amplia gama, desde asesinatos hasta daños ocasionados a bienes; incluso contra la comunidad, como en el caso de las plagas de insectos o roedores.


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Esta Historia en el cine

En la película “La hora del cerdo“, titulada originalmente como “The Advocate” el actor Colin Firth interpreta al abogado defensor del cerdo. Se supone que el cerdo enjuiciado era un cerdo homicida. Aquí, unas imágenes del film… Basado en hechos ‘reales’.


¿Qué condena debían pagar esos animales tras su juicio?

Como podemos pensar, el destino de estos animales, si eran declarados culpables, no era nada halgueño. Lo habitual era su ejecución, aunque también hay casos de condena al exilio. Por supuesto, el ajusticiamiento se producía con la quema en la hoguera.


En muchos casos se mezclaba la idea extendida del demonio en los asuntos concernientes a estos pobre animales. Como el caso acontecido en Basilea, Suiza, en el año 1474; cuando se juzgó a un gallo por “el crimen atroz y antinatural de poner un huevo“. Eran tiempos en las que las gentes estaban en la creencia de la existencia de brujas y en la presencia constante de Satanás en cualquier asunto. Por lo que la imaginación malsana de muchos les hacía crédulos ante semejantes historias.

En Basilea, en 1474 se juzgó a un gallo por “el crimen atroz y antinatural de poner un huevo”

Llama la atención que en algunos tribunales eclesiásticos, cuando se celebraba un juicio contra un animal, se les proporcionaba la ayuda legal de un abogado, mientras que en el caso de los tribunales seculares, no fuera así. Algo que entraba en la lógica legal de aquel tiempo ya que en la mayor parte de los casos tampoco los tenían los acusados del género ​​humano.

Otro caso constatado es el que sucedió en 1750, cuando el dueño de una burra y la propia burra fueron acusados de los cargos de bestialidad o bestialismo. Los testigos llamados a declarar hablaron de la virtud y el buen comportamiento del animal mientras que no tanto de su dueño, que fue condenado a muerte.

Antes, referí el caso de los hombres Lobo. Por supuesto, además de creer en la presencia del maligno en forma satánica o en las brujas, se creía firmemente en la existencia de esos presuntos hombres lobo que, en algunas ocasiones, llegaron a ser llevados a juicio, sobre todo en la Francia del siglo XVI. Si bien, esas acusaciones no se referían a lobos si no a seres humanos.

El mono ahorcado en las Guerras Napoleónicas

Un último caso, posterior al tiempo de la Edad Media, y que llama poderosamente la atención fue la (mala) suerte que corrió un mono durante las Guerras Napoleónicas (conflictos bélicos que tuvieron lugar durante el tiempo en que Napoleón I Bonaparte gobernó Francia).

Sucedió en Hartlepool, en el noreste de Inglaterra, cuando un barco de bandera francesa naufragó como consecuencia de una tormenta. El único sobreviviente del barco fue un mono que vestía el uniforme del ejército francés, se supone que para divertir a la tripulación. Al ser descubierto en la playa, los habitantes de Hartlepool decidieron celebrar un juicio sin más, totalmente improvisado. Lógicamente, el mono no respondió a sus preguntas. Se dice que los habitantes de esa parte de Inglaterra nunca antes habían visto ni a un mono ni a un francés, pero a pesar de ello no se les ocurrió otra cosa que concluir que el mono debía ser un espía francés.

Al ser declarado culpable, el pobre mono fue sentenciado a muerte y ahorcado en la playa, en aquel mismo instante. Desde entonces, esas gentes arrastran el inhumano y absurdo y despiadado… y… deleznable acto de sus antepasados. Para ellos ha quedado el nombre de “Monkey hanger”.


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Edad Media: cuando los animales eran juzgados ante un Tribunal
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Edad Media: cuando los animales eran juzgados ante un Tribunal
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¿SABÍAS que en la EDAD MEDIA se JUZGABA a los animales que habían cometido algún DELITO? El mono ahorcado en las Guerras Napoleónicas
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José Carlos Bermejo
José Carlos Bermejo. Madrid, noviembre 1971. Escritor. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, ha colaborado en diferentes medios de comunicación, tradicionales y digitales y trabajado como técnico y responsable de comunicación para más de un ayuntamiento español. Es autor de las novelas WILDE ENCADENADO (prólogo Luis Antonio de Villena), y del thriller Li es un INFINITO de secretos. También de los libros de relatos Retazos de un mundo IMperfecto y Retazos de un mundo INcoherente, ambos traducidos al inglés, al portugués y al italiano. + info: www.josecarlosbermejo.com redaccion@actuallynotes.com

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